Gehena es el infierno o purgatorio judío. En el judaísmo es un lugar de purificación para el malvado, en el que la mayoría de los castigados permanece hasta un año, aunque algunos están eternamente.
Gehena aparece en el Nuevo Testamento y en las primeras escrituras cristianas como el lugar en donde el mal será destruido. Y en el Islam es el Yahannam. En las escrituras rabínicas y en las cristianas, el Gehena como destino del pecador es diferente a Sheol, el lugar dónde habitan todos los muertos.
Gehena en el cristianismo
En los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) Jesús utiliza la palabra gehena 12 veces para describir lo contrario a la vida del Reino Prometido. Es un lugar en donde el alma y el cuerpo se podrían destruir en un fuego inapagable. No se describe como el infierno, sino como un valle real, pero aunque en unas versiones aparece transliterado como gehena, en otras se traduce por infierno.
Mateo 10:28: Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
En Mateo 23:33 Jesús dice: Vosotros, serpientes, generación de víboras, ¿cómo podréis escapar al castigo del Gehena? Esta palabra se encuentra también en la Epístola de Santiago. Muchos cristianos asimilan gehena como el lugar de castigo eterno llamado infierno.
Gehena- Infierno
El Nuevo Testamento se refiere al Hades como destino de los muertos o sepultura común de la Humanidad, un lugar distinto al Gehena. El término "hades" en la teología cristiana (y en el Nuevo Testamento Griego) es paralelo al hebreo sheol (tumba o pozo de suciedad), y alude a la morada de los muertos. El concepto cristiano de infierno se parece más al Tártaro griego, una parte profunda y sombría del Hades usada como mazmorra de tormento y sufrimiento.
En el Apocalipsis 20:14 se describe el destino final del Hades en un lago de fuego lo que para muchos cristianos significa lo mismo que gehena.