EL MÁS ALLÁ. LAS ALMAS EN PENA

El fallecido, desconectado ya del mundo físico se encuentra con una antesala que es una tierra de nadie, el la región de los desencarnados , de almas en pena vagando sin rumbo que acuden de varias formas al menor requerimiento de los humanos. Apegados a sus deseos materiales, intentan poseer lo que tuvieron y revivir las experiencias a las que estaban aferrados, pero veríamos también su desesperación, porque, a pesar de los intentos, no logran proporcionarse la más mínima satisfacción, ya que no disponen de los órganos adecuados para ello, que existen sólo en el cuerpo físico. Pueden tener deseos, porque son un atributo del cuerpo astral, pero no pueden sentir al faltarles el cuerpo físico. La satisfacción de los deseos es lo que les mantiene vivos, así que, ante la imposibilidad de satisfacerlos, supondrá para el desencarnado la eliminación de todas sus apetencias terrenas. Acabadas éstas sentirá que han desaparecido las amarras que lo sujetaban y podrá reanudar su cam...