COMUNIDAD Y JERARQUÍA EN EL PALEOLÍTICO SUPERIOR



La importancia del grupo

El sistema de vida de la comunidad del hombre paleolítico lo podemos vislumbrar gracias a los estudios de los investigadores en el campo de la etnología, sobre pueblos naturales que sobreviven en nuestros dias y por supuesto los hallazgos arqueológicos. Algunos de estos etnólogos exponen que en una sociedad primitiva como aquella, el individuo por si mismo carecería de personalidad y estaría ligado al grupo por completo. Por ello, es natural que se planteara la necesidad de establecer unas "leyes", unas normas, que le permitieran cubrir sus necesidades vitales, y ofrecer a la comunidad la protección adecuada: quizás la más importante podría ser la defensa recíproca o común; todos los hombres estarían inmersos en ella sin excepción.

Elección del jefe

Las problemáticas cotidianas y encontrar solución a ellas, debió motivar la necesidad de escoger a un responsable-guía y lógicamente se escogió este jefe por ser el mejor dotado para la caza, elemento vital de su economía. Este hombre aparte de su fuerza física también tendría que sobresalir de los demás en cuanto a inteligencia.


El individuo elegido como jefe, estaría aconsejado por ancianos de la comunidad, portadores de experiencias pasadas y en especial, por el mago-brujo, al cual temían y respetaban creyéndolo poseedor de extraños poderes que le permitían contactar con  el tenebroso mundo del más allá, para recibir la protección necesaria de los espíritus del bien y poder exorcizar a las desconocidas fuerzas del mal, por medio de encantamientos y conjuros mágicos. A través de este personaje, el líder fue aleccionado con enseñanzas útiles para la supervivencia y evolución de la comunidad humana que él dirigía, siendo su responsabilidad el dirigir y obligar a respetar las directrices establecidas para permitir el bienestar general de los componentes de ésta.

Comunidad, mujeres y familia

Las mujeres dedicarán a él sus preferencias al comprender que este hombre representa su protección y por ello deben estar pendientes para satisfacer sus deseos de toda índole.

La promiscuidad reinante en un principio podría haber evolucionado hacia un estado especial: no debió existir la unión fija entre dos seres, sino relaciones de grupo. Ello es comprensible si analizamos que para lograr subsistir era imprescindible la vida colectiva, por lo que no existía la razón de vivir en un grupo tan reducido como el formado por una pareja. Seguramente la familia sería en aquellos tempos menos esencial, por lo que se debió de mantener un concepto ligero y cambiante, según la necesidad, la cual era la que dictaba las necesidades del momento.

Al intentar analizar el comportamiento sexual de estos grupos humanos, es necesario despojarse de los conceptos de amor y sexualidad tal y como nosotros los solemos interpretar, pues es muy posible que para ellos solo debió significar el placer inmediato que obtenían con el acoplamiento sexual.

Es de suponer que el concepto paternidad les sería desconocido, pues debían ignorar la relación que existe entre copulación y embarazo. Lógicamente esto nos indica, que los niños y adolescentes aún separados de su futura vida de adultos encontrarían la protección necesaria dentro de la órbita materna; pero todos los nacidos en la comunidad estarían supeditados al jefe supremo de la comunidad, que era el responsable de su futuro.