ORÍGENES DEL CRISTIANISMO. PRIMERAS COMUNIDADES



Inicio de la predicación de los apóstoles


Después de la muerte de Jesús muchos de sus seguidores se sintieron decepcionados, tuvieron miedo y se dispersaron. Pero un pequeño grupo, los apóstoles, continuó unido gracias a su fe en la resurrección de Jesucristo. Durante un tiempo se mantuvieron en silencio, esperando, ya que necesitaban una señal.

Y esta señal les llegó durante la fiesta de Pentecostés, en la cual recibieron la fuerza del Espíritu Santo, y que les había prometido Cristo resucitado.

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos.  Y de repente vino del cielo un estruendo de un viento recio que soplaba, que llenó toda la casa donde estaban sentados;  y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos 
(Hechos 2:1-4)

La comunidad de Jerusalén

La primera comunidad cristiana es la de Jerusalén, que se constituye después de la conversión y el bautismo de aquellos que han escuchado el discurso de Pedro el día de Pentecostés, en el cual proclama que aquello que habían anunciado los profetas del Antiguo testamento se ha cumplido en Jesucristo.

Lo que Pedro anuncia es que Jesús, cumpliendo la voluntad de Dios Padre, fue crucificado por el perdón de los pecados y resucitó al tercer día, de manera que Jesús ha destruido a la muerte y el sufrimiento que causan nuestros pecados, y por tanto, lleva la salvación al mundo.

Los que creen en Jesús son bautizados en nombre suyo y reciben al Espíritu Santo, lo cual les permite experimentar en su vida el amor de Cristo resucitado. La vida de esta primera comunidad se basa en la escucha de las enseñanzas de los apóstoles, la comunión fraterna, el fraccionamiento del pan (Eucaristía) y la oración. No solo comparten lo que sus miembros poseen, se reúnen para comer juntos y rezan en comunidad, sino que también continúan cumpliendo los preceptos del judaísmo; por todo ello, están bien considerados por el pueblo.

Pero cuando las autoridades religiosas del judaismo entienden que se trata de una nueva religiosidad que cuestiona su poder, comienzan las persecuciones, los arrestos y las ejecuciones. Esto origina la primera dispersión de los cristianos (hacia el año 36 d. C.) y la expansión del cristianismo por otras regiones del Imperio Romano; así, por ejemplo se funda entonces la comunidad de Antioquía (en la actual Turquía), en la cual, por primera vez, se llama cristianos a los seguidores de Jesús.

La comunidad de bienes

Y la multitud de los que habían creído, era de un corazón y un alma; y ninguno tenía como propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, con abundante gracia sobre todos ellos. No había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían,  traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad (Hechos 4:32-35).

Diversidad de comunidades

Entorno a los apóstoles, que predicaron en diversos lugares, se fueron formando las primeras comunidades cristianas. En un principio, casi todos los que constituían estas comunidades eran personas de religión judía que cumplían fielmente las tradiciones del judaísmo, vivían en Palestina (en Jerusalén, pero también en núcleos rurales), hablaban mayoritariamente el arameo, y conocían el hebreo de las escrituras.

Poco a poco, se fueron incorporando a las comunidades personas procedentes de religiones paganas, que desconocían las normas judías y que no las consideraban necesarias para ser cristianos. Vivían en las diversas regiones del Imperio romano y la mayoría hablaban griego o latín, pero desconocían el hebreo.

Después de diversos conflictos entre las comunidades de Palestina y las comunidades de fuera de Palestina, los apóstoles decidieron que no hacia falta seguir las normas del judaísmo para pertenecer a las comunidades cristianas, ya que el cristianismo era una religión independiente del judaísmo.

Las lenguas del Nuevo testamento

Arameo: Era la lengua hablada mayoritariamente por el pueblo en la Palestina del siglo I d. C. Fue la lengua hablada por Jesús y sus apóstoles.

Hebreo: Era la lengua del culto en la religión judía y la lengua original del Antiguo Testamento.

Griego: Era la lengua de la cultura mediterránea oriental y se convirtió en la lengua mayoritaria entre los cristianos. Todo el Nuevo testamento se escribió en griego.

Latín: Solo lo hablaban los ocupantes romanos.

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