LA REVELACIÓN DE DIOS EN LA HISTORIA DE ISRAEL
Los patriarcas. Abraham y sus descendientes
En el siglo XX a. C. las tierras fértiles bañadas por los
ríos Nilo, Jordán, Tigris y Eúfrates estaban habitadas por clanes o tribus
nómadas que vivían del pastoreo. Necesitaban pastos y agua para su ganado; por
ello, cuando los recursos eran escasos, se desplazaban. Cada tribu tenía un
patriarca, de quien se esperaba que solucionase los conflictos, diese consejos
sabios, y fuese el líder espiritual de la comunidad.
Abraham era patriarca de su clan. La Biblia narra como él y
su tribu siguieron el camino que va a Ur, al sur de Mesopotamia, hasta Canaán
al lado del Mediterráneo, siguiendo los oasis del desierto. En la experiencia
vital de Abraham, marcada por la itinerancia y el desierto, Dios se dio a conocer;
le pidió que confiase en Él, y abandonase su tierra. A cambio, Dios le hizo una
promesa, que cumplió más adelante: Abraham será el padre de un pueblo y Dios
les dará una tierra en posesión (Génesis 12; 1-2). En esto consiste la Primera
Alianza.
"Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición".
Entre Dios y Abraham se estableció una relación de amistad. Dios compartía con él sus planes y Abraham respondía con confinza y fidelidad. Por esto, es considerado como padre de los creyentes en el ámbito judío y cristiano.
Isaac y Jacob, descendientes de Abraham, siguieron el camino
iniciado por el primer patriarca, y el clan creció, de manera que se formaron 12 tribus: Las doce tribus de Israel, que continuaron avanzando por el
desierto.
De Egipto a Canaán. Moisés y el Éxodo
Hacia el siglo XVII a. C., una gran sequía en Canaán empujó a muchos israelitas a establecerse en Egipto. Allí el pueblo de Israel se sedentariza durante varias generaciones y hasta que egipcios los sometieron a la esclavitud, ya que se sentían amenazados por su creciente prosperidad.

Jueces, Reyes y Profetas
El pueblo de Israel se instaló en Canaán, que era una tierra
relativamente rica, en torno al siglo XII a. C. Las tribus se manutvieron
bastante independientes y con poca estructura sociopolítica común, a pesar de
que hubo diversos líderes o caudillos, que la Biblia denomina Jueces, como
Josué, Sansón, Débora, Gedeón… Éstos se enfrentaron a los enemigos y el pueblo vio en ellos la fuerza de Dios
que los protegía.
Samuel fue el último de los jueces. Nombró a David como el rey
elegido por Dios para conducir a su pueblo y hacer cumplir su alianza. Más tarde,
en esta labor le siguió su hijo Salomón. Cuando éste murió, el año 922 a. C., el
reino se dividió en dos: El Reino del Norte o Israel, con capital en Samaria y
el Reino del Sur o Judá, con capital en Jerusalén. Roboam, el hijo de Salomón y
rey de Judá, se alejó de Dios y provocó graves problemas. Pero Dios, a pesar
del alejamiento de su pueblo, continuó siendo su Dios y les envió a los
profetas.
El exilio en Babilónia
En el siglo VIII a. C., los asirios invaden el Reino del Norte y deportan a la población a Mesopotamia, donde su identidad desaparecerá totalmente. En el siglo VI a. C., Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquista el Reino de Judá. La capital, Jerusalén, es destruida, el Templo arrasado y la élite de la sociedad judía, deportada. El exilio fue una dura prueba para el pueblo de Israel. Los israelitas se encontraron sin su tierra y sin su templo, sus dos grandes referentes y signos de identidad, aunque mantuvieron vivas las tradiciones orales que narraban su historia como historia de salvación.
La reconstrucción
El año 538 a. C., Ciro, rey de los persas, conquisto el
imperio de Babilonia y permitió a los judíos volver a su país. Los israelitas
comenzaron a reconstruir el Templo y recopilar sus tradiciones, tanto orales
como escritas. Hacia el 332 a. C. Israel cae bajo el dominio de los
griegos, y a partir del 63 a. C., pasa a formar parte del Imperio Romano. Es en
este contexto sociopolítico de dominación en que nació Jesús de Nazaret.