ORIGEN E HISTORIA DE LOS PUEBLOS INDOGERMANOS


Los pueblos germanos o germánicos son un histórico grupo etnico y lingüístico de pueblos originarios del norte de Europa que se identifican por el uso de las lenguas germánicas (un subgrupo de la familia lingüística indoeuropea).

Las pruebas arqueológicas muestran a los pueblos germánicos como originarios de la zona de Escandinavia, extendiéndose hacia el sur y el este por Europa Central y Oriental.

En términos historiográficos son tanto un grupo de pueblos prerromanos (zonas germanas al oeste del Rin) como un grupo de pueblos bárbaros (exteriores al limite del Imperio), situados al este del Rin y al norte del Danubio; precisamente el que protagonizó las denominadas invasiones germánicas que provocaron la caída del Imperio romano de Occidente al instalarse en amplias zonas de éste diversos publos germánicos suevos, vándalos, godos, francos, burgundios, turingios, alamanes, anglos, sajones, jutos, hérulos, rugios, lombardos, etc. Los vikingos protagonizaron posteriormente una nueva oleada expansiva desde Escandinavia (la zona originaria de todo este grupo de pueblos), que afectó a las costas atlánticas (normandos) y a las estepas rusas y Bizancio.

Prehistoria

Existe un contexto cultural de sociedades cazadoras-recolectoras (6.000 a. C.). Del V milenio al III milenio a. C. se desarrollaron las culturas neolíticas de la zona que en su última fase, según la hipótesis del sustrato germánico, habrían recibido el impacto cultural de lo indoeuropeo (cultura del hacha de combate o cultura de los sepulcros individuales (2.900-2.500 a.C.).


En el II milenio a. C. se desarrolló la Edad del Bronce nórdica. En el I milenio a. C., las culturas de la Edad del hierro, significaron ya el paso de lo protoindoeuropeo a lo protogermánico. El endurecimiento climático que se produjo desde el 850 a. C., desencadenó un proceso migratorio hacia el sur. La cultura material de esa época pone en relación a los protogermanos con las culturas del ámbito cultural celta, forjando lo que se ha denominado Edad del hierro prerromana de Europa septentrional.

Aunque compartían una lengua ancestral común, en el momento de su avance sobre el interior europeo ya tenían varios dialectos: el proto-nórdico, los dialectos germanos occidentales y los dialectos germanos orientales. No tenían alfabeto (el rúnico de los escandinavos se usaba sólo para fines religiosos), por lo que no hay registros escritos de su historia hasta su encuentro con los romanos.


La zona norte de Europa fue visitada probablemente por viajeros fenicios, griegos o tartésicos; pero el único testimonio de tales viajes es el periplo del marino Piteas por el mar del Norte, incluyendo la enigmática Thule (siglo IV a. C.). 

Mitología

La mitología nórdica era compartida por todos los pueblos germánicos. No era una religión revelada, pues no había una verdad entregada por los divinos a los mortales (a pesar que tiene relatos de personas normales aprendiendo las historias de los dioses de una visita de ellos), y no tenía un libro sagrado. Esta mitología era transmitida oralmente en forma de poesía. Dicha transmisión continuó durante la era vikinga.

Organización política y socioeconómica

Además de la lengua, la religión y otros aspectos culturales, existían muchos rasgos sociales y políticos comunes entre todos los pueblos germánicos.

Los germanos eran pastores y agricultores seminómadas, con asentamientos, en aldeas. Con anterioridad a la época de las invasiones, se encontraban lejos de constituir una estructura política que pudiera denominarse Estado. Todos se regían por formas de jefatura en forma de una monarquía electiva. El rey o "jefe de la tribu", con funciones eminentemente militares, era elegido temporalmente por una asamblea de guerreros, que era la realmente soberana a la hora de administrar justicia, pactar la paz o declarar la guerra. El rey no dejaba de ser un primero entre iguales.

Ninguno de los pueblos germánicos tuvo antes de las invasiones un código legislativo de derecho escrito, sino costumbres y prácticas muy similares entre sí y que se mantuvieron durante siglos en los pueblos nórdicos.

La organización política era bastante simple, pero se fue sofisticando a medida que se conformó una nobleza enriquecida, definida por la exclusividad de acceso a los puestos de mando (asamblea de guerreros, mandos militares) y de entre la que se nombraban los reyes. El resto de los hombres libres, que retenían el derecho a portar armas y formaban parte del ejército, practicaban la agricultura, la ganadería, la caza y otras actividades cotidianas. 

Las distintas "tribus" o "pueblos" germanos independientes, ocasionalmente se confederaban para la guerra contra enemigos comunes (germanos o no germanos); y muy a menudo también se producían escisiones entre facciones.