UN MITO INCA DE LA CREACIÓN DEL HOMBRE
EL MITO DE PACHAKAMAQ Y VICHAMA

A los cuatro días, parió un hijo. Pachakamaq, celoso de que el Sol hubiese intervenido en su obra, la siguió, le quitó el semidios recién nacido y lo mató, despedazándolo en pequeñas partes. La mujer imploró al Sol para que diera castigo a Pachakamaq. El dios mandó a la madre que le entregara el ombligo y el cordón umbilical del niño muerto. Con ello creó un nuevo hijo y se lo dio a la madre diciéndole: se llamará Vichama.
Vichama emprendió un viaje lejos de los suyos y Pachakamaq mató a su madre. Vichama, lleno de ira comenzó a buscar a Pachakamaq para matarle. Pachakamaq decidió sumergirse en el fondo de las aguas del océano y ahí permaneció para siempre. Vichama, dirigió su ira a la gente que Pachakamaq había creado, considerando que eran sus cómplices. Invocó a su padre el Sol y al instante lanzando una maldición convirtió en piedra a los pobladores. Vichama, comenzó a buscar los huesos de su madre para poder resucitarla; al tercer día encontró sus restos, los juntó, les echó un poco de arena, e invocó a su padre; su madre apareció llena de vida.
Al ver Vichama que el mundo estaba sin hombres, le rogó que hiciera una nueva creación y él dejó caer entonces tres huevos, uno de oro, otro de plata y el último de cobre. Del huevo de oro salieron los kurakas, los jefes, y los nobles principales; del de plata, las mujeres de éstos y del de cobre los plebeyos o sea los mitayos, los que trabajaban para el Estado y sus mujeres.
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