MISTERIOS CIENTÍFICOS SIN RESOLVER


La revista New Scientist publicó en 2005 una recopilación de misterios que siguen sin respuesta por comunidad científica internacional.

El efecto placebo

Por ejemplo a un paciente varias veces al día, durante varios días, se le provoca dolor, que se controla con dosis de morfina hasta el último día del experimento. Esas 24 horas, sin que el señor X lo sepa, la morfina se sustituye por una solución salina absolutamente inocua. Dicha solución tiene el mismo efecto que la morfina y el dolor desaparece.

Nadie sabe todavía qué mecanismos intervienen en el efecto placebo. Algunos estudios sobre el dolor sugieren que reduce la ansiedad y facilita la liberación de endorfinas (sustancias químicas naturales parecidas a los narcóticos) en el cerebro, aunque son hipótesis todavía no confirmadas.

El problema del horizonte

Nuestro Universo era extraordinariamente homogéneo, y la temperatura de la radiación de fondo es la misma en cualquier dirección que observemos. Teniendo en cuenta que nada puede viajar más rápido que la velocidad de la luz y la hipótesis de que hubo un instante inicial o big bang, el interrogante es: ¿cómo es posible que regiones físicamente desconectadas desde el "principio" del Universo estuviesen en estados físicos tan parecidos?

Rayos cósmicos ultra-energéticos

Los rayos cósmicos son partículas que llegan desde el espacio y bombardean constantemente a la Tierra en todas direcciones. La mayoría de estas partículas son núcleos de átomos o electrones. Algunas de ellas son más energéticas que cualquier otra partícula observada en la naturaleza. El misterio está en su alta energía. La teoría especial de la relatividad de Einstein dice que cualquier rayo cósmico que llegue a la Tierra desde fuera de nuestra galaxia habrá sufrido tantas colisiones que deben tener un máximo posible de energía.

Los rayos detectados desde hace una década por el observatorio japonés de Akeno están muy por encima del límite, por lo cual los datos (tomados en diferentes ocasiones y siempre parecidos) están mal, o Einstein se equivocó.

Los resultados de homeopatía de Belfast

En 1810 el médico alemán Christian Friederich Samuel Hahnemann publicaba el "Organon, el arte de curar", piedra angular de la homeopatía. El principal fundamento de la teoría se define en la ley de los similares (homeo es el prefijo griego que designa igualdad) por la que una enfermedad se cura con la misma sustancia tóxica que la produce, pero a dosis infinitesimales. Los homeópatas disuelven esos venenos en etanol y la diluyen en agua sucesivas veces; según ellos el remedio se "imprime" en las moléculas de agua. Tales disoluciones son la parte controvertida de la disciplina, puesto que es posible que a esas concentraciones no haya queden moléculas del principio activo en la solución homeopática. Sin embargo su efecto ha sido demostrado en numerosos estudios y se estima que un 15% de los médicos occidentales siguen esta línea.

La materia oscura

No todo lo que existe en el universo es visible. Los astrónomos pueden detectar objetos que emiten o absorben luz o cualquier otro tipo de radiación electromagnética o que interactuan gravitatoriamente con otros objetos que podamos detectar. El término "materia oscura" alude a esta materia cuya existencia no puede ser detectada mediante procesos asociados a la luz, es decir, no emiten ni absorben radiaciones electromagnéticas.

Metano en Marte

El 20 de julio de 1976 Gilbert Levin, uno de los ingenieros a cargo de las misiones de la NASA al planeta Marte, vio que la Viking que orbitaba el planeta rojo había encontrado emisiones de carbono-14 que contenían metano en el suelo del planeta, por lo que la conclusión debía ser obvia: hay vida en Marte.

Algo está ingiriendo los nutrientes, los está metabolizando, y después los expulsa a la atmósfera en forma de gas mezclado con carbono 14. Sin embargo, la NASA no se atrevió a afirmar con rotundidad el descubrimiento, porque otro instrumento de la Viking, diseñado para identificar moléculas orgánicas consideradas símbolos de vida no encontró nada. Actualmente, los rovers que estudian el planeta rojo han encontrado pruebas de los descubrimientos de la Viking.

Tetraneutrones

En un acelerador de partículas de Francia detectaron seis partículas que no deberían existir. Las llamaron 'tetraneutrones': cuatro neutrones unidos entre sí de una forma que desafía las leyes de la física.

Se ha intentado conseguir el efecto otra vez, pero hasta ahora no se ha logrado. Si lo repiten, estos 'racimos' de átomos podrían obligar a los científicos a reconsiderar las fuerzas que mantienen unido el núcleo de los átomos.

La anomalía de las Pioneer

Dos naves espaciales, la Pioneer 10, fue lanzada en 1972 y la Pioneer 11 un año después. Ahora, ambas están en el espacio profundo, aunque sus trayectorias son anómalas.

Hay algo que ha estado "empujando" a las dos naves, provocando que aumenten su velocidad. La aceleración es pequeña, menos de un nanómetro por segundo, pero es lo suficiente para hacer sacado a la Pioneer 400.000 kilómetros de su trayectoria inicial. La NASA perdió contacto con la Pioneer 11 en 1995, pero todo hace indicar que podría estar pasando por el mismo proceso que su hermana gemela ¿Qué causa este desvío? 

La energía oscura

Este es uno de los mayores problemas de la física. En 1998, un grupo de astrónomos descubrió que el Universo se está expandiendo a más velocidad que nunca. Esto significa que la velocidad a la que una galaxia distante se aleja de nosotros aumenta con el tiempo. De ser correcta esta teoría, el resultado último de esta tendencia sería la imposibilidad de seguir viendo cualquier otra galaxia. Esta nueva teoría del fin del Universo ha recibido el nombre de Gran Desgarramiento, en inglés, Big Rip.

Es un efecto para el que todavía se investigan las causas, aunque una de las sugerencias puede ser que esté motivado por la energía oscura, una forma hipotética de energía que traspasa todo el espacio y que produce una presión negativa, resultando en una fuerza gravitacional repulsiva. 

El acantilado de Kuipper

Si alguien viajara a la zona del sistema solar externa a las órbitas de Neptuno y Plutón, se encontraría que tras cruzar el cintutón de Kuiper (lleno de objetos pequeños como asteroides helados y cometas) no hay nada. Los astrónomos lo llaman el 'acantilado de Kuiper', porque la densidad de objetos cae espectacularmente.

La pregunta es qué ha causado este brusco cambio, y la única posible respuesta parece ser la existencia de un décimo planeta del Sistema Solar, lo suficientemente grande como para haber atraído a todos esos cuerpos hacia su órbita. De momento, sin embargo, nadie ha conseguido aportar ninguna prueba de la existencia de ese planeta X.

La señal "wow"

La señal tuvo una duración de 37 segundos, y venía del espacio exterior. El 15 de agosto de 1977 el astrónomo Jerry Ehman, de la Universidad de Ohio State (EEUU), recibió una señal del radiotelescopio de Delaware. Al ver la transcripción de la señal, Ehman escribió al lado la palabra "wow". 28 años después, nadie ha conseguido dar una explicación de qué o quién emitió dicha señal.

La radiación provenía de la dirección de Sagitario, y de un ámbito de frecuencias de unos 1420 megahertzios. Estas frecuencias forman parte del espectro de radio en el que todo tipo de transmisión está prohibida, por un acuerdo internacional. La estrella más cercana en esa dirección está a unos 220 años luz, así que si la señal provenía de allí, la tuvo que causar o bien un acontecimiento astronómico de enorme potencia. ¿O quizá fue una civilización alienígena con un transmisor de gran potencia?

La fusión fría

En 1989 dos investigadores de la Universidad de Utah (Estados Unidos), Martin Fleischmann y Stanley Pons, desencadenaron la fusión nuclear en una probeta. Sostenían que era posible realizar procesos de "fusión fría" usando como catalizador un bloque metálico de paladio. En los siguientes 10 años, fueron miles los científicos que trataron de volver a lograr los mismos resultados, aunque sin éxito.