NUEVA ESPECIE HUMANA

ES HERMANA DE LOS NEANDERTALES


Hace unos años se encontró la cueva siberiana de Denisova (Siberia, Rusia), en los montes Altai, un fragmento del dedo meñique de una niña (o de un niño) de unos siete años de edad que habitó en esa región hace más de 50.000 años. En el mismo lugar se encontraron también varios artefactos y herramientas y, algo más tarde, dos piezas dentales.


Los restos eran demasiado escasos para determinar la especie humana a la que pertenecían. Así que terminaron en Leizpig (Alemania), en manos de Svante Pääbo, director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y uno de los mayores expertos mundiales en ADN fósil.

Pääbo logró secuenciar el genoma del hombre de Neandertal, consiguió extraer del hueso del dedo varias muestras de ADN mitocondrial, un material genético que no se encuentra en el núcleo de las células, sino repartido en diversos orgánulos (mitocondrias) del citoplasma celular y que sólo se transmite de madres a hijas. Por eso bautizó el fósil como "Mujer X".

Los resultados del análisis genético del homínido de Denisova fueron una sorpresa para los investigadores. De hecho, su ADN mitocondrial no coincidía con el de los neandertales, como se suponía en un principio, y tampoco con el de los hombres modernos, nuestra propia especie. Por el contrario, las diferencias genéticas eran suficientemente profundas como para pensar en un grupo completamente nuevo.

En un artículo que publica la revista Science se confirma lo que los científicos sospechaban: la "mujer X" perteneció a una especie humana desconocida hasta ahora. Una especie que hunde sus raíces en la noche de los tiempos y que está muy emparentada con los neandertales, con los que comparte un ancestro común. "La secuenciación genética muestra que los neandertales y los denisovanos son grupos hermanos, que se separaron de una población ancestral común después de escindirse de los humanos modernos", explicó David Reich, otro de los científicos implicados en la investigación.

El siguiente paso de la investigación fue comparar el genoma del homínido de Denisova con el de diferentes poblaciones modernas de muy diversas zonas del planeta. Y el resultado fue que los denisovanos contribuyeron al genoma humano actual, aunque esa contribución varía de una población a otra. "Mientras que los neandertales han contribuido al ADN de todos los humanos que viven hoy fuera de África, los denisovanos sólo han aportado a gente de Papua Nueva Guinea, Fiji, Australia y otros lugares de Melanesia".

El estudio aporta otras informaciones sorprendentes. Como por ejemplo que la niña (o niño) cuyo genoma fue secuenciado lleva alelos que en los humanos modernos se relacionan con una piel y cabello oscuros y con ojos marrones.

El hallazgo sugiere un nuevo modelo de evolución humana, basado no en una, sino en múltiples y sucesivas salidas de África, lo que implica una complejidad mucho mayor de lo que se creía hasta ahora.