LEMURIA. PASCUA, NAN MADOL Y DRAVÍDICOS

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Antes del Diluvio (cuenta una Leyenda tahitiana) un gran continente denominado Fenua-Nui, se extendía por el Pacífico. Los hombres vivían felices en él, pero el dios Ru, gracias a su poderoso soplo, lo dividió en multitud de islas. Aunque la hipótesis de un continente pacifico pueda ser inviable, la geología demuestra que, en un pasado remoto, los archipiélagos polinesios tenían una superficie mucho mayor, incluso algunos, estaban unidos a Eurasia.


Existen registros de islas desaparecidas aunque en algún caso vuelven a aparecer. Los moais de a Isla de Pascua plantean un enigma arqueógico. Rapa-Nui, con unos 5.000 habitantes, no es Egipto ni otra cultura en donde los investigadores se puedan imaginar una masa de esclavos levantando monstruosos bloques. Aún admitiendo una elevada tecnología, se necesitan para pulir, tallar y tranportar las estatuas miles de personas. ¿Podría ser la Isla el centro religioso funerario de un archipiélago desaparecido? Algunas tenían funciones defensivas o rituales, pero la mayoría son inclasificables: ¿Para qué servían las estructuras troncocónicas de las Marianas?

Los misteriosos conocimientos polinésicos sugieren una relación con una civilización avanzada, y por tanto una regresión cultural que se manifiesta sobre todo, en la decadencia del arte naval. Así, las canoas y balsas actuales son simples copias imperfectas de los grandes veleros representados en los pretoglifos de la Isla de Pascua.

Las imponentes ruinas de Nan Madol han dado fama a Temuen, un islote cercano a Ponape (Carolinas). La "Venecia del Pacífico", cuya superficie tiene unos 18 Km cuadrados, se eleva sobre multitud de terrazas artificiales, atravesadas por canales. Grandes rompeolas completan el conjunto. El núcleo principal estaba defendido por un muro de 14,6 metros de alto y 5 de espesor. Allí los investigadores descubrieron tumbas, templos y caminos subterráneos. Todas las calles conducen a la entrada de un túnel inundado.



¿Que utilidad tenía el pasadizo? Según los ponapenses, comunicaba con una red de túneles subterráneos sólo conocida por los reyes, que enlazaba Polinesia, América y Asia. El basalto, material empleado en Nan Madol, sólo se encuentra en la costa septentrional de Ponape, a 45 Km de distancia de Temuen. Transportar en balsas las gigantescas piedras y elevar enormes bloques para depositarlos sobre los arrecifes tenía que implicar la utilización de miles de obreros especializados. Actualmente existen unos 18.000 habitantes en esta isla.
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El folklore nativo atribuye la construcción de la ciudad a unos ingenieros míticos, que gracias a conjuros mágicos, trasladaron volando las moles basálticas, para después con una segunda invocación, colocarlas ordenadamente en los edificios. Quiénes eran estos ingenieros. Según la leyenda, los reyes-soles, una raza invasora que hace siglos dominó las Carolinas.


Muchos arqueólogos sostienen que estas obras se terminaron en el 1.300 d. C. Si los restos no tienen mas de 500 años, por qué son identicos a las ciudades dravidianas (pueblos dravídicos es el nombre que se le da a los habitantes del extremo meridional del subcontinente indio).