Un único Dios
Las grandes religiones monoteistas comparten la idea de un Dios Creador, que no sólo a creado el Universo y la Humanidad, sino que también cuida del Ser Humano y todo lo que le rodea.
El Dios de los judíos (llamado habitualmente Jahvé) toma la iniciativa de comunicarse con las personas por medios de Abraham y de otros muchos personajes (patriarcas, Moisés, profetas...). Establece una alianza con los judíos. ël es su Dios, y ello serán su pueblo. Los judíos creen en un Dios Todopoderoso a quien el Ser Humano no puede ver; un Dios que ha creado el mundo y ha elegido al pueblo judío para revelarle la Ley, contenida en los Diez Mandamientos; un Dios preocupado por su pueblo.
Los cristianos creen en Dios. Un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu y que nos ha creado a nosotros y todo lo que nos rodea. Dios Padre envía a su Hijo, Jesús para estar con las personas en la Tierra. El Dios de los Cristianos es por tanto, el Dios que revela Jesús. Un Dios propio que los cristianos encuentran cada día a su lado (en la comunidad, en la plegaria, en la celebración, en los Evangelios, en los que padecen, en los que les ayudan...)
El Dios en el que creen los musulmanes es un Dios Único, Absoluto, Trascendente, al quien el creyente musulmán ha de obedecer. Alá, como es denominado por ellos, no se comunica directamente con las personas, sinó a través de los profetas, y muy especialmente a través de la revelación transmitida por Mahoma. Para los musulmanes, la felicidad consiste en confiar totalmente en Dios, a no anteponer nada a su voluntad, y cumplir sus preceptos.
El patriarca Abraham
Abraham es una figura importante para laas tres principales religiones monoteistas.
En el judaismo, se le considera un patriarca (padre del pueblo), que establece un pacto con Dios y guía a su pueblo hacia la tierra de Canaan.
En el Islam, Abraham es también un patriarca (padre de Ismael, supuesto antepasado de los árabes), y uno de los profetas más importantes enviados por Dios.
El cristianismo toma a Abraham como modelos de hombre de fe, porque creyó en lo que Dios le decía y obedeció siempre la voluntad de Éste. Es considrado padre de los creyentes.
Los discípulos tenían multitud de preguntas para hacer respecto a Dios.
Y dijo el Maestro:
Dios es lo Desconocido, lo incognoscible. Respecto de Él, cualquier respuesta a vuestras preguntas es una distorsión de la Verdad.
Los discípulos quedaron perplejos: Entonces, ¿Por qué hablas de Él?
Y por qué canta el pájaro, respondíó el Maestro.
El pájaro no canta porque tenga una afirmación que hacer. Canta porque tiene un canto que expresar.
Las palabras del alumno tienen que ser entendidas. Las del Maestro no tienen que serlo. Tan sólo tienen que ser escuchadas, del mismo modo que uno escucha el viento en los árboles y el rumor del río y el canto del pájaro, que despiertan en quien lo escucha algo que está más allá de todo conocimiento. Anthony de Mello.