CANIBALISMO EN EL GÉNERO HOMO


En 1994 se descubrió el caso de canibalismo entre homínidos más antiguo el mundo. Sucedió hace unos 800.000 años y lo perpetró una especie hasta entonces desconocida que sus descubridores bautizaron como Homo antecessor, el hombre de Atapuerca. Aquel homínido, posible ancestro del Homo heildelbergensis y los neandertales, vivía en excelentes zonas de caza. Sus restos aparecieron en el yacimiento de la Gran Dolina (España).

Lo más impactante es que la la segunda especie más consumida después de los ciervos era el propio antecessor, como probaban los restos de al menos 11 individuos, la mayoría niños, que fueron devorados por sus parientes.

Aquel comportamiento registrado hace 800.000 años es casi idéntico al que puede observarse hoy en día en chimpancés que compiten por el territorio, según un estudio que será publicado en Journal of Human Evolution.

El trabajo publicado por el Journal of Human Evolution, liderado por los directores de las excavaciones de Atapuerca, recorre las evidencias de canibalismo entre homínidos. Tanto neandertales como sapiens lo han practicado a lo largo de la prehistoria y la historia por muchos motivos. El trabajo repasa casos de canibalismo por placer, por hambruna, por guerra o por respeto ritual. Pero en ningún caso pasado o actual se reproduce un patrón tan marcado en el que una especie se coma sólo a los niños y no los adultos.


La única excepción a esta regla, resalta el trabajo, son los chimpancés, los homínidos actuales más emparentados con los humanos.

Los niños de Atapueca fueron víctimas de la lucha por el territorio. Los homínidos de Atapuerca montaban ataques de bajo riesgo a grupos rivales para defender su acceso a los recursos en sus territorios y para expandirse a costa de otros grupos.

En la mente de aquellos miembros del género Homo estaba impedir que evolucionasen otros animales que pudieran ser competencia, explica el paleoantropólogo Eudald Carbonell, "Eliminar a los niños era más eficaz y menos peligroso". Hasta ahora, el equipo de Atapuerca había mantenido que el canibalismo del Homo antecessor era "cultural", ya que la antropofagia se practicaba de forma habitual y estaba aceptada socialmente. Los restos de los individuos consumidos se encuentran junto a las herramientas de piedra usadas para cortar la carne y restos de otros animales consumidos. Los nuevos hallazgos aportan una explicación más animal de aquel comportamiento, que se asemeja al observado en chimpancés.